Desde hace meses la carrera Séptima, desde la Plaza de Bolívar hasta la calle 26, se convierte durante las tardes de los viernes en un sendero peatonal. La caminata puede ser un plan entretenido para finalizar la jornada laboral, y cada vez es mayor el número de personas que por gusto o por obligación hacen el recorrido por esta tradicional avenida y se encuentran con artistas callejeros, mimos, malabaristas, músicos, pintores, escultores, juegos de suerte y azar, vendedores de comida y de todo tipo de cosas, políticos y defensores de múltiples causas.
El sentido del Septimazo es entendible y defendible, con su realización se crea un espacio de encuentro y entretenimiento para la ciudadanía. No obstante lo anterior, con el pasar del tiempo parece haber disminuido el interés y el esfuerzo de la administración distrital por este espacio, y es cada vez mayor la desorganización y la sensación de inseguridad que experimenta el transeúnte durante el recorrido. ¡Necesitamos un mejor septimazo, eventos de calidad y bien organizados, y mayor presencia de funcionarios de la administración distrital y de la policía!
Ojalá podamos ver una mejoría en la organización de este evento que se ha convertido en una institución para los bogotanos.
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