Dudas sobre el Plan B del Uribismo



11 de Febrero

El gran interrogante sobre la viabilidad de adelantar el Referendo reeleccionista, abierto por la ponencia negativa del magistrado Humberto Sierra Porto, ha dejado ver una nueva arista de la estrategia uribista para perpetuarse en el poder.
Para muchos resulta increíble que el gobierno continúe sosteniendo y respaldando la precandidatura del ex ministro Andrés Felipe Árias a pesar de los múltiples escándalos y dudas surgidos en torno a la idoneidad del candidato. Lo que develan los últimos acontecimientos es que los intentos de Árias por erigirse como el candidato único del partido Conservador hacen parte del Plan B de Uribe para conservar para efectos electorales la coalición de gobierno que se forjó en el Congreso (Ver Confidenciales de la Revista Semana). La estrategia consistiría en lograr que Árias sea el candidato único del conservatismo para que pueda, a nombre de su partido, acceder a una alianza en torno a un candidato único de coalición -en este caso Juan Manuel Santos- tras la realización de una "Encuesta de opinión entre el candidato conservador y candidatos de otros partidos uribistas". Por esta razón el partido de la U moverá su organización para apoyar a Árias en la consulta intrapartidista contra Noemí.
Santos, por su parte, continuará adelantando una campaña mediática como presidente del Partido de Uribe, sosteniendo que su colectividad ya lo erigió como candidato único en caso de no hacerse viable la reelección presidencial.
Ayudará mucho a la estrategia seguir manteniendo adormecidos a los principales medios de comunicación -preocupados todos por el proceso de adjudicación del tercer canal de televisión- y hacer los movimientos necesarios para que, como sucedió en días recientes con la revista Cambio, no perduren espacios de difusión y periodismo crítico que puedan enlodar el desempeño de los dos precandidatos.

No obstante lo anterior, algunos conocedores de la política me plantearon hoy un punto que no cuadra dentro de la estrategia y que valdría la pena tener en cuenta:
¿Podría un partido con historia y tradición como el partido Conservador, tras una consulta interna con una votación significativa, desconocer la voluntad de los electores que participaron en la consulta y entregar las banderas del partido a un candidato de otra colectividad? ¿Sería una conducta sería y legítima por parte de los directivos de un partido que tras una consulta en la que se aspira por lo menos a un millón quinientos mil votos, se decida apoyar a un candidato de otra colectividad por los resultados de una encuesta?
¿Posible? Sin duda, pero altamente cuestionable dentro del marco de una democracia seria. Me gustaría saber cuánto le costará al país la realización de esta consulta intrapartidista y qué pensarán los líderes del partido Conservador, que se movilizarán en torno a esta jornada electoral, cuando vean que no fue su trabajo político, sino una simple encuesta, la que definió el rumbo de su partido.

1 comentario:

  1. Interesante tu artículo, pero creo que si bien es triste ver que el partido conservador se preste para esto, la idea de apoyar a Santos no es tan débil.

    La razón de esto es la debilidad que ha tenido el partido conservador en los últimos periodos, donde no se destacan lideres importantes y que llamen la atención de los electores. Este partido es el que más poder politico ha pérdido y, por ende, el mejor mecanismo que posee para hacer parte de las coaliciones de gobierno es apoyar las estrategias uribistas. De otro modo, se arriesga a no hacer parte de las politicas importantes de gobierno y ser excluido de los diferentes procesos.

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